jueves, 12 de febrero de 2015

Apología del ciclismo de larga distancia

Me apetece hacer un poquito de apología. 

Mucha gente sabe que hay muchas formas de ciclismo, pero algunos ciclistas todavía no. Muchos conciben este deporte como un sufrimiento digno de extraterrestres, y creen que sus bicicletas son armas para competir, para correr, ¡¡para ganar!!... 

Sólo algunos son capaces de comprender que, cuando nos subimos a una bici los domingos, no necesariamente tenemos que picarnos con los ciclistas que comparten la carretera o el carril bici con nosotros. ¿Habéis probado a entablar conversación con los ciclistas desconocidos que coinciden con vosotros? ¡Probadlo! En lugar de salir a demostrar al mundo lo machotes que somos, probad a olvidaros de competir; mirad un paso más allá y aprended a disfrutar del paisaje, del aire, de la naturaleza que os rodea, etc... 

En esta línea, quería ensalzar ese "otro" ciclismo que practicamos algunos, que puede llegar a ser tan duro y agónico como el ciclismo de competición (o a veces más), pero no tiene como objetivo "ganarle" a nadie. La modalidad randonneur nos permite explorar mucho más en nosotros mismos, conocer nuestros límites y nuestras capacidades, saber que somos capaces de afrontar situaciones delicadas, gestionar nuestros recursos y finalmente conseguir objetivos difíciles de imaginar. 

Para quien no lo sepa, el ciclismo RANDONNEUR o de LARGA DISTANCIA está muy reglamentado y es más antiguo que el ciclismo "de pelotón". De hecho, la prueba reina, la PARÍS-BREST-PARÍS (1200 km en 90 horas), es la más antigua del mundo, incluso anterior al Tour de Francia. Se celebra cada cuatro años, y toca en 2015. Intentaré participar. Pero para ello hay que cumplir con el reglamento, que obliga a completar una serie de "Brevets" o pruebas eliminatorias, en las que no hay clasificaciones ni premios, pero sí existe la obligación de cumplirlas dentro de un tiempo determinado para poder calificarse. Las brevets obligatorias son de 200 km (en 13,5 horas), 300 km (20 horas), 400 km (27 horas) y 600 km (40 horas), pero también hay otras como las de 1000 km (con un límite de 75 horas). 

El ambiente en una Brevet es completamente diferente del que se vive en las pruebas ciclodeportivas, tan de moda últimamente. Normalmente se encuentra gente preparada, física y psíquicamente, personas analíticas, tranquilas, con gran capacidad de sufrimiento, autocontrol y organización. Y el espíritu es de colaboración. Normalmente nadie está preocupado por bajar de una determinada marca. Es mucho más importante llegar con tu grupo y conseguir que todos puedan alcanzar el objetivo común. Es más gratificante ayudar a un compañero a conseguir su reto que bajar tu propio tiempo unos minutos... o unas horas.


Hace unos años que preparo este tipo de pruebas con un grupo de ciclistas muy peculiar, el Pakefte, en el que ya hemos programado la agenda de posibles brevets para esta temporada (http://pakefte.blogspot.com.es/p/agenda-2015.html) . 

Toda la información sobre las Brevets que se organizan en España está en esta web: http://randonneurs.es/ Para quien no conozca este tipo de ciclismo puede ser todo un descubrimiento.