miércoles, 25 de septiembre de 2013

Yo no he venido aquí a sufrir

Sufrimiento, esfuerzo, sacrificio... palabras nada atractivas (especialmente la última, con ese aire retro-religioso que siempre me sugiere) que, no sé por qué motivo, la gente se empeña en asociar a un deporte como el ciclismo, tan noble, tan personal, tan... ¡artístico!

Un día me lo explicó mi amigo Agus. El ciclismo, para nosotros, más allá de los consabidos adjetivos que tanta gente le aplica y por encima de todo, es arte. Porque, según la Wikipedia, el arte "es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa mediante la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo". 

Y qué otra cosa es, para mí, el ciclismo, sino la mejor forma que he encontrado de expresarme y transmitir a los demás mis sensaciones, mis sentimientos, mi capacidad de superación (que no de sufrimiento), y en ocasiones también la forma de liberarme de mis miedos, mis debilidades, mis pequeñas frustraciones. 

En el pelotón se establece un código de conducta en el que cada uno juega su papel. La generosidad, el egoísmo, la solidaridad, la empatía, y también el rechazo, la incomodidad... se pueden experimentar todas estas emociones y alguna más. 

Pero yo quiero hablar específicamente de una clase de ciclismo muy especial, el del ultrafondo. Cuando uno participa en una prueba ciclista de resistencia, las emociones se pueden mezclar, llevándolas a un límite agónico, exacerbado por el agotamiento físico, mayor cuanto más grande y prolongado es el esfuerzo que se desarrolla. En condiciones límite, las personas tienen una capacidad de llegar más allá que ni ellas mismas conocen. Muchas veces uno no es consciente de lo que está haciendo hasta que cierta distancia física y temporal le permiten valorarlo. Y entonces uno se conoce mejor, y se siente reforzado.

La exploración interior y personal que nace de estas experiencias místico-deportivas, se manifiesta hacia el exterior con "finalidad estética o comunicativa", en forma de exposiciones de fotografías o vídeos, conversaciones, relatos de batallitas y recuerdos que quedan con el tiempo. Los lugares donde se ha estado, los hitos que se han conseguido, las maravillosas escenas que todo lo adornan y dan sentido a la aventura, como los amaneceres y las puestas de sol, o incluso la lluvia azotando los labios y los rayos de sol que nos deslumbran tras la lluvia, mientras un impresionante arco iris se eleva a un lado del camino... Esto, sin duda, es lo más parecido a la definición de "arte" con la que comenzaba este artículo.

Esta mezcla de sensaciones físicas y experiencias íntimas es la que me engancha a seguir practicando este deporte y buscar nuevas metas que perseguir, especialmente en el mundo de las pruebas de larga distancia.

Sin embargo, para la mayoría de la gente, que no se ha parado a reflexionar ni entender estas cuestiones, el ciclismo es simplemente un deporte de "superhombres" capaces de hacer cosas "sobrehumanas". Desde que se mitificó a Induráin calificándolo de "extraterrestre", la mayoría de la gente cree que uno sólo puede montar en bici si es un portento físico, y además va vestido de lycra y equipado como un marciano. No hay calificativos que hayan hecho mayor mal al "ciclismo" -tal como yo lo entiendo- que el de "esforzados de la ruta", o "héroes", como se solía denominar a los ciclistas hace veinte o treinta años. 

Es frecuente que te adelante un coche y te griten desde la ventanilla "¡¡Vamos!!" o "¡¡Campeón!!" cuando te ven subir un puerto. Sin embargo, yo no me siento ningún héroe. Y aunque ocasionalmente pueda estar sufriendo en el sentido físico por el esfuerzo necesario para superar la subida, lo que predomina sobre todas las sensaciones y en todo momento es la satisfacción de estar realizando una actividad placentera, que me gusta y que me reporta grandes beneficios. Siempre intento mantener mis sentidos alerta para, a pesar del cansancio, no dejar de percibir la belleza del entorno a través de mis sentidos. Realmente puedo estar disfrutando aunque me esté costando un enorme esfuerzo. Y me gustaría, por encima de todo, transmitir esa imagen placentera del ciclismo, muy por encima de la del sacrificio con el que muchos lo identifican. Sin embargo, sería verdaderamente inusual que alguien me gritara desde su coche algo así como: "¡¡¡Disfruta!!!".

Por desgracia, en las pruebas ciclistas típicas, los participantes están tan obsesionados por el resultado deportivo que no tienen espacio para disfrutar. Están enganchados a la adrenalina de la competición y se obsesionan con las últimas técnicas de entrenamiento, alimentación, material, etc... Hacen todo lo posible por bajar diez puestos en una clasificación y disfrutan contando cómo les duelen "las patas" en una prueba por intentar seguir la rueda más fuerte, sin recordar apenas si han pasado por un bosque mediterráneo o por un hayedo. Se valora la "capacidad de sufrimiento" que tienen.

Sin embargo, he conocido algunos ciclistas que, tras pasar por experiencias estresantes en competición, un día decidieron el ciclismo "randonneur", un estilo diferente, sin clasificaciones ni premios, y se engancharon a ella. Como yo mismo. Sin sensaciones negativas como sacrificio y sufrimiento, pero sí con "capacidad de superación", lo cual es muy diferente. Y siempre con una máxima ineludible: que no me olvide de disfrutar.


Información y crónicas sobre ciclismo randonneur en los siguientes enlaces:



sábado, 10 de agosto de 2013

Londres - Edimburgo - Londres (del 28/7 al 2/8 de 2013)

Pocas palabras pueden expresar la sensación de vacío (y al mismo tiempo plenitud) que deja una prueba de gran fondo. En este caso, mi primera prueba de larga distancia "de verdad", y no pude hacer mejor elección. Sin duda, la prueba más compleja y mejor organizada que he visto en mi vida, con una implicación sin límites de hordas de voluntarios, uniformados con sus camisetas rojas, siempre dispuestos a ayudar sin límites.

En el apartado técnico, la prueba transcurrió sin incidentes para nosotros, tal como la había diseñado mi compañero Javi en una hoja de cálculo, tranquilamente sentado frente a su ordenador. Apenas nos retrasamos dos horas sobre el horario global previsto.

Tuvimos tiempo para descansar entre etapa y etapa, y todos los días pudimos cenar bien y dormir unas horas. Cada mañana nos levantábamos a las 4 h para desayunar y empezar a rodar a las 5:00 AM. Hacíamos aproximadamente 300 kms cada día, con un reparto casi milimétrico, excepto el primero y el último, con etapas de "sólo" 250 km, a las que nosotros íbamos a añadir un suplemento de 50 km por el desplazamiento desde Kingston, donde nuestro amigo tiene su residencia. En nuestro caso, 1500 km en 5 días.

Durante la prueba hemos vivido inmersos en un submundo donde lo importante era pensar en la próxima comida, el próximo puerto, las inclemencias meteorológicas, el próximo punto de descanso, la gestión del material en las bolsas... Pero lo mejor es poder vivirlo en imágenes, y para ello he elaborado el siguiente trabajo a modo de "videocrónica":



En el siguiente enlace están todas mis fotos:
https://plus.google.com/u/0/photos/107800590932972178412/albums/5910426312502680737

Por otra parte, con mi participación en esta prueba he colaborado en un proyecto solidario, recaudando fondos para la lucha contra las enfermedades neuromusculares (distrofias) y otras enfermedades raras, a través de la Fundación Isabel Gemio. Mi objetivo era cubrir con donaciones 1400 € (1 euro por kilómetro), y a fecha de hoy casi se ha alcanzado. Más información en: http://www.migranodearena.org/jose-antoniojimenez2

martes, 9 de julio de 2013

Planificando la Londres-Edimburgo-Londres

Voy a empezar a construir esta entrada para que quienes están interesados en seguir el desarrollo de la Londres-Edimburgo-Londres tengan toda la información que les permita saber en todo momento cómo nos va al grupito de españoles que tomamos parte en la prueba.


A continuación, los dorsales de los participantes de nuestro grupo y otros detalles de seguimiento, para que los interesados puedan estar informados cada día del 28/7 al 2/8:

DORSAL - NOMBRE - Otros detalles de comunicación
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M23  JAVIER ARIAS - Twitter: @javierariasgonz https://twitter.com/javierariasgonz
M36  JOSÉ A. JIMÉNEZ - Twitter: @jj99211 - http://www.twitter.com/jj99211
M33  ROBERTO FERNÁNDEZ - Twitter: @roberseiran -  https://twitter.com/roberseiran
M35  DAVID BAJO - Facebook: https://www.facebook.com/david.bajoflores
E28  JOSÉ MANUEL ANDREY - Facebook: https://www.facebook.com/josemanuel.andrey
M34 - JORDI SUNYER  
?? - RAÚL - ??

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Hashtag en Twitter:  #ProyectoLEL   -  http://www.twitter.com/#ProyectoLEL
(en este hashtag se podrán seguir mis comentarios y los de mis compañeros con twitter, así como los de los seguidores)
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DETALLES DE LA RUTA:







Bike route 2,221,533 - powered by Www.bikemap.net

martes, 25 de junio de 2013

De Madrid a Gijón en 40 horas. Brevet de 600 kms.

Con la brevet de 600 kms he dado fin a la temporada de preparación de ultrafondo. He conseguido completar las cuatro pruebas sucesivas de 200, 300, 400 y 600 kms organizadas por el Grupo Deportivo Ciclista Pueblo Nuevo en Madrid durante el primer semestre de 2013.

Ahora sólo me falta el plato fuerte, la Londres-Edimburgo-Londres, dentro de un mes exactamente, pero todavía no quiero pensar en ella...

El caso es que el viernes 14 de Junio nos encontramos en Algete a las 20 h los habituales de esta pasión por el ciclismo de fondo. Nuestro compañero Antonio nos hizo el favor de acercarnos en coche a algunos de los miembros del Pakefte, Agustín, Pablo y un servidor. Por otra parte, David, Raúl y Jesús llegaron por sus medios al mismo punto. Tras dedicar un minuto de silencio por la muerte de Robert Lepertel, histórico presidente del Audax Club Parisien y una de las almas del ciclismo randonneur a nivel mundial, el pelotón inició su marcha con unos 15 minutos de retraso.

Los primeros kilómetros quedaron plasmados en las fotografías de José Luis López, del club Pueblo Nuevo:



Como suele ocurrir, unos pocos ciclistas se lanzaron por delante para tratar de acabar la ruta antes de la noche del sábado. Dada la hora de inicio, la mayoría optamos por una solución más habitual en las brevets de 600 kms, parando a dormir en un hotel situado en un punto estratégico, en nuestro caso el hotel Ventasierra en Valdoré, poco después del control de Cistierna, en el km. 445 aproximadamente.

El ritmo de esta brevet fue más tranquilo que en las anteriores, dado que todos queríamos reservar ante la incertidumbre. Para la mayoría de nosotros era la primera vez que afrontábamos una ruta de 600 kilómetros. El terreno conocido hizo que los primeros kilómetros hasta el control de Atienza pasaran rápidamente, con las mismas sensaciones que en anteriores ocasiones, añadiendo en esta ocasión el aliciente del anochecer. La mayoría de ciclistas del Pueblo Nuevo pararon a cenar en Atienza. Nos quedamos solos por delante Jesús, Agustín, Pablo y yo, disfrutando del pedaleo silencioso en medio de la noche. La Sierra de la Pela, en el km 150, nos ofrecía un espectáculo inigualable, bajo un impresionante cielo estrellado. Tuvimos que parar unos minutos, apagar las luces y dejarnos llevar por la imaginación mirando las estrellas. Hacía menos frío de lo que esperábamos y no tuvimos que abrigarnos demasiado para recorrer los tranquilísimos pueblos de Guadalajara y Segovia en el silencio de la noche.

En Ayllón no había nada abierto, pero la organización puso un control improvisado donde pudimos sellar nuestros libros de ruta. Empezó a amanecer en las inmediaciones de Maderuelo, junto al bonito embalse de Linares, y allí sufrimos los primeros ataques de sueño. Poco después de las 7 de la mañana llegamos a Fuentespina, donde habíamos decidido desayunar. Pocos minutos después se unió a nosotros el pelotón principal.

A lo largo de la mañana y la tarde del sábado continuamos atravesando las provincias de Burgos, Palencia y León, a ritmo tranquilo pero sostenido, la mayor parte del tiempo junto con los amigos de Pueblo Nuevo. Pasamos por Tórtoles de Esgueva, Torquemada, Frómista (donde coincidimos con el Canal de Castilla y el Camino de Santiago), Carrión de los Condes, Sahagún, Cistierna... hasta completar más de 450 kms en 24 horas. Así llegamos cuando empezaba a oscurecer al hotel Ventasierra, de Valdoré, a los pies de las montañas de León, antes de afrontar la subida a Riaño.


Apenas cenamos y dormimos 3 horas, cuando el despertador sonó a las 2 de la madrugada. Teníamos que proseguir la ruta para entrar en el control de Cangas de Onís antes de las 7:20 de la mañana. En la reanudación los de Pueblo Nuevo salieron un poco más rápidos, con nuestros compañeros Jesús, David y Raúl. Mientras, Pablo, Agustín y yo nos quedamos un poco atrás en la subida a la presa Remolina. Pasamos por el embalse de Riaño lamentando que la noche no nos permitiera disfrutar del paisaje, y continuamos la subida hasta el puerto del Pontón, bastante tendido por su cara sur. El frío se hacía cada vez más penetrante, y mis manos casi dejaban de responder. No tenía guantes de invierno. Se me ocurrió la idea de convertir los manguitos en manoplas, y así pude pasarlo un poco mejor. He inventado las "manguito-manoplas":



Desde el puerto del Pontón disfrutamos de un larguísimo descenso de más de 40 kilómetros hasta Cangas de Onís. Nos amaneció junto al imponente río Sella, antes de llegar a Cangas. En el pueblo se respiraba un ambiente de resaca ciclista, ya que el día anterior se había celebrado la Clásica Ciclista de los Lagos de Covadonga, todo un referente en el mundillo.

Nos quedaban 5 horas de margen para llegar a Gijón, y aproximadamente 80 kilómetros. Margen suficiente, pero no podíamos permitirnos equivocaciones. En las proximidades de Cangas nos adelantaron algunos grupos de ciclistas que habían pasado la noche allí. Después vinieron unos interminables kilómetros por una carretera poco amigable que picaba hacia arriba, con una temperatura más fría de lo deseable. En El Berrón tomamos la última carretera secundaria que nos llevaría hasta Gijón, a través del alto de la Madera.

Finalmente consumimos aproximadamente 38 horas y media de las 40 de margen concedido por la Organización, y me quedó la sensación de que habíamos llegado bastante enteros.

Ahora... a pensar en la LEL.



Y este vídeo es mi resumen de la experiencia:



El grupo con el que suelo afrontar estos retos: http://pakefte.blogspot.com

jueves, 20 de junio de 2013


Esta semana ha fallecido en Murcia un chaval de 24 años con distrofia muscular de Duchene, primo de un compañero de trabajo. Después de luchar toda su vida contra una enfermedad imparable, con tratamientos experimentales que van consiguiendo pequeños avances, nuestra sociedad no ha llegado a tiempo para salvar a este chaval. Sólo se consiguen resultados con inversión económica para que los científicos y médicos tengan medios y buenas condiciones de trabajo, pero como estas enfermedades son minoritarias, no es fácil conseguir las inversiones necesarias. Los recortes en la Ley de Dependencia están dejando a mucha gente en situación límite. Por eso tenemos que ayudar a las asociaciones y fundaciones que trabajan por los afectados por enfermedades raras, como la Fundacion Isabel Gemio.

Si quieres, puedes acompañarme en mi #ProyectoLEL aportando una pequeña ayuda económica para comprarme unos kilómetros de la ruta Londres-Edimburgo-Londres, que realizaré del 28 de Julio al 2 de Agosto, a razón de 350 kms diarios. En total son 1400 kms. Si quieres ayudarme, puedes aportar desde 1 € por kilómetro, y entre todos podemos conseguirlo. Yo me sentiré más acompañado y tú tendrás la satisfacción de que habrás ayudado a una causa necesaria. Además, Hacienda te devolverá el 25% de lo que aportes, en forma de desgravación.

Más información en la web de recogida de fondos (http://www.migranodearena.org/jose-antoniojimenez2). En este mapa puedes ver cómo va progresando la ruta con los kilómetros recaudados hasta ahora: http://bikeroutetoaster.com/Course.aspx?course=521913


miércoles, 12 de junio de 2013

Brevet de 600 kms - Algete - Gijón

La cita es el próximo viernes 14 (pasado mañana) a las 20 h. en el Polideportivo de Algete. No sé cuántos ciclistas nos presentaremos, pero allí estarán los auténticos randonneurs españoles y algunos aprendices como yo.

Para mí será un hito más en mi preparación para la Londres-Edimburgo-Londres, y una vez más tendré la motivación extra del apoyo de muchos amigos, conocidos y desconocidos, que están ayudándome a realizar el proyecto de recogida de fondos para luchar contra las enfermedades neuromusculares y otras enfermedades raras. Con mi #ProyectoLEL y el apoyo de los seguidores, intentaré aportar 1 euro por cada kilómetro de los que recorreré en el Reino Unido.

Esta brevet será bastante distinta a las anteriores, sobre todo porque se sale por la tarde, nos anochecerá en ruta y tendremos que pedalear de noche, no sólo un día, sino dos. El límite de 40 horas para recorrer los 600 kms significa que tendremos que llegar a Gijón ANTES de las 12 de la mañana del domingo 16. Pero la restricción que va a marcar la ruta es el paso por Cangas de Onís antes de las 7:20 h. de la mañana. Como es literalmente imposible para nosotros llegar a Cangas antes del anochecer del sábado, y no hay muchos puntos intermedios en los que podamos alojarnos una noche entre la meseta y los valles asturianos, esto nos obliga a pasar buena parte de la madrugada del domingo pedaleando.

Nuestro plan es hacer 450 kms seguidos en aproximadamente 24 horas brutas, desde la tarde del viernes hasta la tarde del sábado, para llegar al hotel Ventasierra (http://www.ventasierra.es) en Valdoré, provincia de León, donde nos alojaremos por unas horas, cenaremos y nos levantaremos seguramente a las 2 h, para empezar a pedalear antes de las 3 de la madrugada. Recorreremos los 80 kms hasta Cangas de Onís en unas 4 horas, allí pararemos a desayunar y proseguiremos la ruta hasta Gijón. 

Esta es la hoja de ruta:


Y este es el perfil de la ruta, con la temida "Sierra de la Pela", por encima de 1400 metros de altitud, en el kilómetro 150 aproximadamente:



Este es el track aproximado: http://bikeroutetoaster.com/Course.aspx?course=560075

Para seguirme en Twitter: http://www.twitter.com/jj99211

lunes, 27 de mayo de 2013

Brevet de 400 kms. Algete-Fuentespina-Algete

El sábado pasado, 25 de Mayo de 2013, participé en la brevet de 400 kms organizada por el club Pueblo Nuevo de Madrid. Era la segunda prueba de 400 kms de mi vida, y en este caso con mayor desnivel acumulado que en la ocasión anterior.

Fuentespina está muy cerca de Aranda de Duero. Cuando le cuentas a alguien que has ido en bici desde Madrid hasta Aranda, pasando por las provincias de Madrid, Guadalajara, Segovia y Burgos, volviendo de nuevo a Madrid, y todo en el mismo día... por mucho que piensen que es una barbaridad, no se hace a la idea de lo largo que es un trayecto así, pedalada a pedalada. La gente mide las distancias desde su visión de conductores de coches, y unos pocos cientos de kilómetros más o menos pueden ser casi inapreciables. Pero la diferencia entre hacer 300 y 400 kms marca un "cambio de división". Como dice Benayas, la distancia de 400 kms es la primera que se puede considerar ultrafondo de verdad, porque es en la que necesariamente hay que rodar un buen rato de noche y tienes que estar preparado para diferentes circunstancias que en distancias más cortas no se dan. Teníamos un margen de 27 horas para recorrer los 400 kms, es decir, hasta las 9 de la mañana del siguiente día.

Así afrontamos esta brevets los típicos ciclistas que se dan cita en estos eventos cerca de Madrid. Apenas una treintena de forofos de la larga distancia estábamos a las 6 de la mañana en el polideportivo de Algete, antes de amanecer. En esta ocasión no vinieron mis compañeros del Pakefte y me encontré solo, dispuesto a hacer nuevos amigos de ruta. Necesitaba acumular kilómetros para preparar mi Proyecto LEL, y todavía soy demasiado novato en estas aventuras.

En los primeros kilómetros, hasta Cogolludo (km. 68), me mantuve en el pelotón principal. Como no había que sellar el carnet en este punto, algunos continuamos sin apenas parar más que para apagar las luces. Me uní a Miguel Angel y David, y un poco más adelante con algunos otros ciclistas que andaban diseminados, como Santi, Benayas y Guillermo. A ratos en pelotón y a ratos dispersos, fuimos pasando por el embalse de Alcorlo y los toboganes en dirección a Atienza, donde estaba el primer control. A continuación venía la parte más temida de la ruta, con la subida a la Sierra de la Pela (más de 1400 metros de altitud) y previsiones meteorológicas de viento en contra, ya que el recorrido viraba bruscamente al noroeste. 


Para mi desgracia, las previsiones de viento se cumplieron. Llegamos a Ayllón, donde hicimos otra parada menos corta de lo que yo hubiera querido, porque tardaron demasiado en servirnos unos bocadillos. Llegaron varios grupos de ciclistas, que decidieron no parar, y salieron por delante.

Entre Ayllón y Fuentespina nos fuimos separando. Miguel Angel y David, que estaban más fuertes, tomaron la delantera. Guillermo se quejaba de dolor en una pierna y bajó el ritmo. Me quedé solo. El viento empezó a hacerse cada vez más patente al pasar Maderuelo y subir al altiplano que separa Segovia de Burgos. Mi ritmo fue bajando, al principio imperceptiblemente, hasta que me di cuenta de que estaba muy tocado, cuando me alcanzaron unos ciclistas de Aranjuez y se pusieron a tirar de mí los últimos 10 kms hasta Fuentespina. Los ciclistas que se habían ido por delante estaban terminando de comer en el área de servicio. Me di cuenta de que necesitaba apoyo para los siguientes 200 kilómetros, y ese era el grupo bueno, así que decidí comer rápido. Me hubiera gustado tomarme un plato de pasta, pero opté por un bocadillo caliente y bollería. Engullí la comida y salí con el grupo principal para tomar el camino de vuelta. 

Otra vez estaba pedaleando con David y Miguel Angel, junto con otros ciclistas a los que veía fuertes. Por delante de nosotros sólo había un grupo, el del famoso Fran Vacas, acompañado por Manuel Morente y otro ciclista al que no conozco, todos ellos muy famosos en el mundillo randonneur. Sin embargo, el grupo se fraccionó muy rápido y no pude aguantar el ritmo. De nuevo me quedé solo, en tierra de nadie, y así volví a pasar por el embalse de Linares, junto a Maderuelo, camino de Ayllón. Sin embargo, esta vez no me importó demasiado, porque ahora el viento soplaba de espalda. Fui recuperando fuerzas y llegué a Ayllón bastante bien. Allí me reuní con José María Benayas, José María Campos y Santi, un reclinado, y formamos la grupeta con la que recorrería los últimos 150 kms de ruta. Teníamos que subir el puerto de la Sierra de la Pela, que hicimos a un ritmo cansino, disfrutando de un precioso atardecer en la zona del parque eólico. 

Mis fuerzas iban menguando por momentos, pero recuperé algo de energía gracias a un sobre de gel. Anocheció llegando a Atienza, donde cenamos (otro bocadillo) cerca de las 23 h. Nos quedaban 100 kms hasta Algete, y era noche cerrada. Lo peor fue el penetrante frío debido al viento del Norte, que no dejaba de azotarnos, aunque por suerte sólo por la espalda o lateralmente la mayor parte del tiempo. Se unió a nosotros Paco, el americano, y así recorrimos de nuevo la provincia de Guadalajara hasta El Casar. Llegamos a Algete a las 3:45 h de la madrugada, con las típicas escenas de coches que reducían drásticamente su velocidad al ver venir de frente un grupo de espectros con iluminación y reflectantes. Aunque mucha gente no se lo crea, es más seguro circular en bicicleta de noche que de día (si vas bien iluminado), simplemente porque las luces hacen que los conductores de coches extremen la precaución al encontrarse con ciclistas.

Un coche patrulla que andaba por ahí terminó escoltando la cola de la grupeta hasta el polideportivo.

Estoy muy contento con el resultado de la brevet. Llegué razonablemente entero, a pesar del desnivel acumulado (más de 3700 metros) y el viento en contra durante una buena parte de la ruta. Fueron 21:46 horas de ruta (con un margen de más de 6 horas para el cierre de control), de las que hay que descontar 2:30 horas en paradas. No está mal, aunque se puede mejorar. Media en movimiento: 21,6 km/h.


Siento que con esta brevet me he sacado el primer curso oficial de randonneur. Ahora toca graduarse en el próximo 600, el mes que viene...

sábado, 6 de abril de 2013

El Proyecto LEL

Tras mi buena experiencia del Proyecto Covadonga en 2012, he decidido repetir este año, aprovechando mi participación en uno de los eventos más importantes del ultrafondo, la "Londres-Edimburgo-Londres". Para ver toda la información sobre el evento y el proyecto solidario, pulsar en el cartel:



Explicación detallada del proyecto:

Información de seguimiento del proyecto:



Esta es la ruta completa que pretendo cubrir:

Y esta es la parte que ha sido cubierta actualmente por las donaciones:

En Twitter: https://twitter.com/jj99211 (hashtag: #ProyectoLEL)


Página web de la Organización: http://www.londonedinburghlondon.com/



viernes, 5 de abril de 2013

Previa del #ProyectoLEL - Mi incursión en Highlands

Escribo estas líneas cuando estoy a punto de terminar de preparar mi equipaje para tomar el avión esta tarde, rumbo a Escocia. 

Una casualidad del destino ha hecho que, precisamente este año que pretendo realizar la Londres-Edimburgo-Londres, en Julio, mi empresa me envía a Edimburgo en estas fechas. Pasaré una semana trabajando en el parque tecnológico que tiene mi empresa en Linlithgow. Supongo que tendré algo de tiempo para dar alguna vuelta por la ciudad por las tardes, pero el plato fuerte me lo reservo para el final...

Ya que voy a estar por allí, no podía desaprovechar la oportunidad de reconocer el terreno; sobre todo me llamaba la atención el territorio más desconocido, las inhóspitas tierras del norte (las "Highlands"). La ruta de la "LEL", que recorreré en Julio, no incluye este bonito tramo de Escocia. Por eso he tenido el impulso de extender mi estancia de esta semana durante un día más, y así realizar una ruta en bici por esas tierras.



El sábado 13 partiré de Edimburgo al despuntar el alba y tomaré rumbo al Norte.  No hay demasiadas subidas en esta ruta, pero se acumulará un desnivel de unos 2500 metros, con tres subidas principales de dificultad media, de 300 a 450 metros de altitud. La dificultad principal puede estar en la meteorología, aunque las previsiones no son demasiado malas para el próximo sábado. Sin duda será bonito atravesar Highlands (y sobre todo, el parque natural Cairngorms), para llegar a Inverness seguramente al atardecer.

Esta es mi ruta prevista:
http://bikeroutetoaster.com/Course.aspx?course=505992



Y esta es una muestra de Inverness, mi lugar de destino:



Iré colgando fotos de Edimburgo en este álbum:
https://plus.google.com/photos/107800590932972178412/albums/5864584899505828849


AÑADIDO EL 22 DE ABRIL DE 2013

Una vez realizada la aventura por Escocia, he realizado un vídeo-relato de aquella maravillosa jornada. Por desgracia, el éxito no pudo ser completo ya que tuve que abandonar en el kilómetro 180 aproximadamente, antes de llegar a Kingussie, debido a múltiples averías y problemas con el piso. Las rutas cicloturistas señalizadas a través del parque natural Cairngorms resultaron ser caminos de tierra y piedras para los que no estaba bien preparada mi rueda trasera, con una cubierta de 23 mm. Tras múltiples pinchazos acabé con mis cuatro cámaras de repuesto destrozadas (incluso cambié la cubierta por una nueva) y me quedé también sin parches. Afortunadamente tenía bien estudiadas las escapatorias por tren. Hice los últimos kilómetros en el tren y llegué a Inverness sobre las 20 h.

viernes, 22 de marzo de 2013

La importancia del cerebro.

En la consecución de logros deportivos, especialmente en pruebas exigentes de resistencia, como es el ciclismo de ultrafondo, siempre digo que "el músculo más importante es el cerebro". En mi primera brevet de 400 kms, en Mayo de 2010, después de sufrir toda una noche pedaleando bajo la lluvia y el frío de Guadalajara y Soria, estuve a punto de abandonar a mitad de camino. Sin embargo, algo me hizo retomar la ruta ("...Me vi reflejado en los cristales de la estación y me pareció que no presentaba un aspecto tan dantesco como yo creía. Miré al cielo y vi un rayo de sol abriéndose paso a través de una nube, así que decidí continuar..."), me motivé y conseguí finalizar la prueba. Ese día me di cuenta de la importancia de nuestra propia motivación y autoconvencimiento de que podemos alcanzar nuestros objetivos. De otra forma el éxito no es posible.

Actualmente estoy leyendo el libro "Correr o morir", de Kilian Jornet.

Kilian atravesó los Pirineos de Oeste a Este corriendo a pie más de cien kilómetros diarios durante ocho jornadas. Al sexto día, tras varias etapas de sufrimiento, en un momento en que las lesiones amenazan con aparecer y su reto está en riesgo, llega a terreno conocido, se encuentra con sus amigos, se obra el prodigio:

"SEXTO DÍA:

¿Qué ha cambiado en realidad respecto al día de ayer? ¿Qué cambio ha sufrido mi cuerpo? ¿Qué adaptación al esfuerzo ha podido experimentar, y qué consecuencias ha podido tener? Mi cuerpo sigue igual de cansado que ayer por la mañana, y que anteayer por la mañana. Mis pies siguen igual de castigados, lo mismo que mis rodillas y cadera. Entonces, ¿qué es lo que ha cambiado esta mañana? Levantarse de la cama no ha supuesto una dura penitencia para ir a desayunar, sin sonreír y con la mente en blanco y la mirada al infinito. Mis primeros pasos del día no han sido pesados y dolorosos. Mi conciencia, mi hablar y mi mirada no han tardado horas en reactivarse. ¿Qué es lo que ha cambiado esta mañana? Nada en absoluto dentro de mi cuerpo, pero todo dentro de mi mente." (Kilian Jornet, "Correr o morir")


viernes, 4 de enero de 2013

Consciencia al volante

La cultura de la velocidad y la testosterona se imponen. Las carreteras están llenas de machitos que se saltan los límites impunemente ante la permisividad de los demás, sin tener la menor consideración por los derechos de los otros... La competitividad desmedida, la educación de los niños consentidos que tienen una moto antes de ganarse su primer sueldo, la escasez de conciencia, y de consciencia, la falta de ética y el exceso de egoísmo que nos hace creer sólo en nuestros derechos. Ese es el panorama de esta sociedad. Los conductores de coches sólo son una muestra de la misma. Todos los días, tanto al conducir mi coche como mi bicicleta, veo comportamientos deleznables, cuando no criminales, de inconscientes que tienen un volante entre sus manos sin darse cuenta de que su actitud puede causar la muerte de alguien.



Ayer fallecieron un ciclista profesional en Sudáfrica y un ciclista aficionado en Pontevedra, ambos debido a imprudencias de conductores de vehículos a motor. En el caso de Pontevedra, el causante fue un camión, en la salida de una autovía. Otro ciclista profesional, también ayer, fue rebasado temerariamente por un autobús en la provincia de Jaén, cerca de Martos (no mencionaré aquí su nombre). Según nos cuenta en Facebook, no pudo presentar la denuncia porque el cuartel de la Guardia Civil de Martos no disponía de "impresos" (una excusa un poco rara), a pesar de tener anotada la matrícula del vehículo e incluso haberlo localizado en la estación de autobuses. Muchos vehículos nos adelantan cuando vamos en bicicleta de forma muy peligrosa, sin darse cuenta del riesgo que provocan, y en ocasiones con actitudes de desprecio, mostrando ostensiblemente que los ciclistas les "molestamos" en las vías públicas.

Pero las actitudes irresponsables no sólo se ven cuando circulamos en bici. Es habitual que muchos me adelanten cuando me desplazo en coche por vías de servicio limitadas a 60 ú 80 km/h, o por carreteras secundarias limitadas a 90 km/h. Y es habitual que estos, al tiempo que me adelantan, me lancen miradas de desprecio porque, con mi "lentitud", los estoy molestando. Esto me ocurrió, sin ir más lejos, la semana pasada, en la carretera de Granada a Córdoba, donde me adelantó una furgoneta (aparentemente un conductor profesional) en un tramo en el que yo circulaba en coche a 100 km/h. En la misma carretera, un enorme camión estuvo circulando detrás de mí sin respetar la distancia de seguridad, "empujándome" para ir más deprisa, a pesar de que mi velocidad era la máxima para esa vía. Y cuando viajo por la autovía A6 de entrada a Madrid, es habitual que los autobuses de líneas interurbanas me hagan adelantamientos por encima de 100 km/h, que tengo entendido es su velocidad máxima. Una vez más, conductores profesionales.

En la carretera parece funcionar la ley de la selva. Los controles de velocidad, tan criticados por los que dicen que son exclusivamente "recaudatorios", me parecen claramente insuficientes. Y para colmo, hay empresas que se dedican a vender dispositivos "avisadores de radar" con mensajes que incitan a conducir a alta velocidad "sin sobresaltos". Es lo que se lleva en este país. Infringir las normas para ser más listos que nadie.